Si mañana llegásemos a clase y a segunda hora tuviesemos clase de cómo responder en una entrevista de trabajo, a tercera una de como organizar un bautizo y antes de comer una que nos enseñase las pautas para no cometer errores básicos a la hora de educar a nuestros hijos, ¿Qué ocurriría?
Hoy en día nos preparan muy bien para saber derivar, para analizar sintácticamente, y para hacer sesenta abdominales en un minuto, pero, ¿para qué nos servirá eso en nuestra vida profesional?
Necesitamos saber esas y muchas otras cosas, pero quizás fuese mejor que esos colegios que también se encargan de la formación humana de las jóvenes promesas, no nos inculcasen solo la teoría y nos preparasen mejor para la práctica.
Porque por muy brillante que sea una idea, hasta que no se lleve a la práctica, no sirve de nada.
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