Hace
cuatrocientos millones de años que los seres vivos habitan el planeta. Unos
pocos menos llevamos nosotros, los seres humanos, que vagamos por estos parajes de
eso a lo que llamamos planeta Tierra.
Sin embargo, se
ha asegurado que podríamos habitar poco más del 0,4% del universo, pero
preferimos quedarnos aquí sentados, sin hacer nada, sin salir a investigar
nada, porque: ¿Para qué queremos salir de nuestro planeta si estamos bien aquí?
Quizás el
problema reside ahí, en que nos conformamos con lo que sea. Vivimos sin correr
riesgos, o, más bien, los pocos riesgos que corremos, son ridículos: nos
preocupa perder el autobús, nos preocupa perder la cartera, nos preocupa perder
el tiempo… Pero si le decimos lo que nos preocupa a alguien de hace varios
siglos, cuyo mayor y único riesgo era perder la vida, se reiría de nosotros.
Formamos parte
de una sociedad conformista, en la que nacemos, crecemos, estudiamos no sabemos
el qué para trabajar en no sabemos dónde. Vivimos unos años más y morimos.
Tal vez la
solución no vaya acorde con ese 0,4% porque no hay porqué ser tan radicales, no
hay que buscar ya otro planeta en el que vivir, pues se está bien aquí, pero la
peor trampa que esta sociedad nos pone se llama rutina. Lucha contra ella, y
vence. No permitas que el conformismo te venza, destaca, pues no hay mejor
forma de destacar que destacando por no hacer determinadas cosas.
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