viernes, 20 de febrero de 2015

Madurar

Madurar es darse cuenta de que esos momentos que ya han pasado no van a volver. 
Madurar es darse cuenta de que a pesar de que cuando algo sucedió no fuiste capaz de entenderlo, volverías al pasado sólo para volver a cometer el mismo error siempre y cuando fuese con esa persona.
Madurar es darse cuenta de que lo que ya se ha ido no va a volver.
Madurar es comprender que nada ni nadie ha muerto mientras siga formando parte de ti.
Madurar es darse cuenta de que no se tiene que ir, aunque ya esté muy lejos, porque sigue dentro de ti, en tu corazón. 
Madurar es entender al fin de que el amor verdadero existe: es el que algunos tienen a sus abuelos, a sus padres, a sus hijos... a la familia.
Madurar es comprender que es muy difícil ser feliz, y que cuando lo seas llevarás tanto tiempo ansiándolo que quizá no hayas sido capaz de disfrutar de los momentos que te han llevado hasta ahí.
Madurar es, en el fondo, aprender a sonreírle a la vida aun cuando te golpee tan fuerte que creas que jamás volverás a sonreír.