jueves, 19 de septiembre de 2013

Filosofía de vida: ser feliz.

Qué triste es no tener ilusión, ilusión en la vida, ilusión en uno mismo, ilusión...

Triste es levantarse por las mañanas, con legañas y ganas de seguir durmiendo, deseando que se acabe la jornada laboral para volver a casa, a descansar. Eso es no tener ilusión, eso es ser un perdedor.
Un perdedor porque tiempo hay para todo lo que se quiera hacer. Lo queramos o no, tenemos que vivir los tiempos que nos han tocado vivir.

La vida es un tren que no para, su ritmo es constante, aunque a veces no lo parezca. Tal vez en una parada se suban problemas, tal vez se suba el amor de tu vida, tal vez te obnubile el paisaje y no dejes de mirar por la ventanilla...

Siempre se ha dicho y siempre se dirá: la vida es un tren o un libro, con sus respetivas paradas o capítulos y de cada uno depende cómo aprovechar esas páginas o qué hacer en cada estación.

No obstante, nadie suele hablar con la crudeza con la que vida actúa algunas veces. Nadie habla de la posibilidad de que la tinta se acabe o el tren descarrile.

"A vivir que la vida son dos días." Muchas son las canciones que cuentan con frases como esta entre sus letras, pero en lo que nadie se para a pensar es que quizá esos músicos escribieron esa frase porque un día se levantaron con el frenético sonido del teléfono, y cuando lo cogieron, al otro lado del aparato se encontraba el encargado de comunicarle que sus padres habían fallecido en un accidente de tráfico.

Hay muchas formas de aprovehcar esos días que la vida pone a nuestra disposición, y cada uno actuará como crea conveniente, pero ¿y si la vida nos pone a cada uno a prueba para saber quién es el que mejor la aprovecha?

Un padre de familia asegurará ser feliz si pasa el mayor tiempo posible con su familia, un ´broker´ empedernido afirmará ser feliz si sus acciones tienen un golpe de suerte, un deportista hará lo propio si gana aquello a lo que lleva meses dedicándole su tiempo.

Pero la vida es mucho más que eso. La vida no consiste en ser el mejor deportista, ni el que más dinero tiene, ni el "más mejor" en nada, porque la única competición que realmente debería importar es aquella que se mantiene con el que estaba ayer frente al espejo.

Cuando se corre una maratón, por ejemplo, suele haber dos tipos de participantes: los que van a por las primeras posiciones y los que van a superarse a sí mismos. ¿Quién acaba más contento, el que gana o el que ha terminado la carrera pensando que no llegaría a la mitad? Para algunos es más importante lo primero, para otros no, pero la verdad es que no se trata de ganar o perder, se trata de ser feliz.

Felicidad... Difícil concepto.

Según Sócrates, y corroborado más tarde por su discípulo Platón, la mejor forma de llegar a la verdad y resolver las distintas dudas filosóficas es mediante la mayéutica, por tanto: ¿Qué es la felicidad?

Seguro que hay libros y libros que tratan de explicarlo, de analizar todos los puntos de vista, pero la filosofía tiene una característica de la que pocos hablan, y es que es total y completamente subjetiva: depende de cada uno. Por eso, cabe recordar una vez más, que la única competición que debes mantener es contigo mismo, para ser mejor que ayer, y ser capaz de mejorar mañana.


No se trata de ser más feliz que el vecino o de ser el más feliz, se trata de ser feliz. Aquí no se contempla la posibilidad de acabar primero la maratón, porque no es una carrera.

Hay muchas, muchas, maneras de vivir el día a día, tantas que ningún día es igual a otro, pero el primer paso para ser feliz es tener ilusión, esperanza.

Es preferible no cometer el error de depositar esa esperanza, esa ilusión, en las cosas materiales, pues son las personas, las personas que tú elijas, las encargadas de hacerte sonreir, de hacerte ilusiones, de mantener viva tu esperanza.

Sé tú mismo el cambio que quieres en tu vida, pues no hay nada imposible para aquel que de verdad se lo propone. Tampoco es recomendable ser conformista. Recordemos que la vida son dos días, este es el primero y no sabes qué pasará mañana, quizá ya no tengas otra posibilidad para superarte, así que empieza hoy.
Una vida, dos días y miles de oportunidades. No te conformes con el segundo puesto, no te quedes en ser casi feliz, tú puedes, y si persistes, lo lograrás, de ti depende. No seas un perdedor, sé feliz y disfruta, que para eso estás aquí. En el momento que empieces a tener ilusión de verdad y te sientas bien contigo mismo y con tu entorno, verás cada día como una nueva oportunidad de superarte, de ser más feliz, de ser mejor persona.

"Para que algo sea especial, solo hay que querer que sea especial." Haz que tu vida sea especial y ayuda a los que de verdad quieres y que de verdad te quieren a ser felices.